4 jul 2011

The suburbs

El proyecto icónico de Dan Graham "Homes for America" se incluyó en una exposición que tuvo lugar en el Museo del Finch College of Art de Nueva York en 1966, utilizando un proyector de carrusel que reflejaba diapositivas de casas típicamente suburbanas que había fotografiado desde finales del año anterior. Poco después, la obra apareció como un reportaje fotográfico en la revista Arts, titulado "Homes for America: Early 20th Century Possessable House.

Esta obra de corte conceptual se basa en los desarrollos urbanos de la posguerra que a través de las imágenes quedan evidenciados como un ejercicio de silencio devastador e inexpresivo. Este tipo de vivienda va constituyendo a la nueva ciudad de aquel tiempo, formando parte de la forma en que funciona la vida en el sistema patentado por la Unión Americana, la producción en serie: formas modulares fabricadas en torno a un modelo común y que albergan en su mayoría a las familias de la clase trabajadora que forma parte del retrato que hace dan Graham de aquella realidad.

La critica se dirige hacia la falta de identidad que conlleva esta lógica serial, disfrazada por sus combinaciones entre colores y modelos que no dejan de ser estandarizados con técnicas de fabricación simplificadas y por la tanto fácilmente reproducibles realizando con ello un análisis de la estética de aquella generación por medio de tipologías y clasificaciones.





El registro del andar

En algún momento hace miles de años la especie humana logró erguirse y de esa manera caminar sobre sus pies, desde entonces hacia dónde se dirigen nuestros pasos, cómo habrá sido la experiencia del homo erectus para saber hacia dónde desplazarse, cuáles eran las necesidades de ese desplazamiento y cuáles son las nuestras ahora? En nuestra realidad contemporánea porqué caminamos, el caminar se ha vuelto una habilidad en la que poco reparamos, para qué caminar, el caminar hace nuestra cotidianidad.
              Tanto el trabajo de Stanley Brouwn (“This way Brown”) como el de On Kawara (“I went”) reflexionan sobre el recorrido, aquel que nos lleva a algún lado, a dónde?
              Ambos artistas documentan recorridos en mapas sin embargo la obra no reside en estos sino en la acción dentro del marco de la desmaterialización artística qué más inmaterial que nuestros pasos.
              En la serie This Way Brouwn el artista pregunta a los transeúntes cómo se va desde un punto A hasta un punto B, éstos tienen la opción de dibujar la ruta pero a veces simplemente precisan las indicaciones verbalmente y el papel se queda en blanco. El artista estampa "this way brouwn" en las hojas de papel.
              Esta obra insertada dentro de la estética relacional –pues sin la participación del público no se lograría el propósito de la obra- tiene como eje la preocupación sobre la geografía, la distancia, la dirección, las escalas y dimensiones, así como la perspectiva individual de los transeúntes de una manera empírica sobre esas cuestiones.
               Por su parte, la obra I Went de On Kawara está conformada por doce volúmenes que van de 1968 a 1979 en donde se pueden encontrar los mapas fotocopiados en los que registra sus recorridos marcados por una línea roja con la fecha en que realizó cada uno. Quedan como evocaciones de su experiencia como caminante, fusionando arte y vida, una de las expectativas para otras corrientes artísticas anteriores como el situacionismo. Cabe mencionar que algunas observaciones respecto a su obra señalan que en su obra “se ve reflejada la moral zen en la que el rigor y la rutina son virtudes esenciales”, pero más allá de ello, queda el registro de una experiencia intima como caminante, como explorador de las diferenctes ciudades en que se realizaron las andanzas.

3 jul 2011

Globalización, identidades y la ciudad...

En La Ciudad Genérica Rem Koolhaas realiza una descripción pormenorizada de un nuevo territorio urbano consecuencia de la explosión demográfica producida a lo largo del siglo pasado. Estas circunstancias han propiciado un crecimiento exponencial de las concentraciones urbanas así como la aparición nuevos fenómenos que han transformado por completo la urbe y las relaciones entre sus habitantes

                  La ciudad se ha convertido en el espacio de representación y expresión de las nuevas tensiones sociales, culturales y políticas del mundo contemporáneo, a lo cual le acompaña el efecto derivado de una nueva complejidad que problematiza el efecto identitario de los ciudadanos.
                  La ciudad es cada vez más el escenario de derivas y flujos, de encuentros y fugas producidos en el territorio que articula a los sujetos que la recorren, sus formas de vida, sus necesidades y ansiedades.
                 Las marcas, las señales de diferenciación e identidad o reconocimiento constituyen una economía de lo simbólico que Richard Sennet o Paul Virilio han identificado en su dimensión funcional. Son ellas las que articulan el difícil equilibrio – cada vez más frágil – de las nuevas complejidades sociales.
                 A este nuevo territorio Rem Koolhaas lo ha definido como la ciudad genérica que se desplaza hacia el lugar de coexistencia de grupos sociales, culturas, géneros, lenguas, religiones... Un nuevo laboratorio de relaciones, miradas y reconocimientos que confrontan directamente el modelo de concebir y mostrar la ciudad. Se trata de una identidad construida desde la interferencia de tiempos y voces, memorias y narraciones diferentes.
                Se trata de la producción de una estructura urbana radial y periférica, que Pierre Bourdieu ha analizado detenidamente. La ciudad genérica produce un nuevo ser social, construido desde la materia híbrida de las diferencias, de las ausencias forzadas por la distancia del lugar de origen, de su voz suspendida, de la mirada extraviada. Este nuevo ser social irrumpe en la ciudad genérica descentrando su sistema simbólico de poder, aquel que nombra y legitima los nombres y ritos de la historia hegemónica.
                Habitar la ciudad genérica conlleva situarse en el espacio abierto de las estructuras difusas que generan los flujos humanos que recorren la ciudad. Este nuevo territorio constituye hoy un desafío creciente al trabajo de proyección y urbanización que la arquitectura tiene que resolver y las posibilidades de respuesta definidas a partir de las nuevas tecnologías y las decisiones políticas.

Son las ciudades contemporáneas como los aeropuertos contemporáneos, es decir, 'todas iguales'? ¿Es posible teorizar esta convergencia? Y si es así, ¿a qué configuración definitiva aspiran? La convergencia es posible sólo a costa de despojarse de la identidad. Esto suele verse como una pérdida. Pero a la escala que se produce, debe significar algo. ¿Cuáles son las desventajas de la identidad; y, a la inversa, cuáles son las ventajas de la vacuidad? ¿Y si esta homogeneización accidental -y habitualmente deplorada- fuese un proceso intencional, un movimiento consciente de alejamiento de la diferencia y acercamiento a la similitud? ¿Y si estamos siendo testigos de un movimiento de liberación global: '¡Abajo el carácter!'? ¿Qué queda si se quita la identidad? ¿Lo Genérico?'