31 oct 2009

De la realidad a la representación y la autodestrucción del medio urbano (I)


"Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación", afirma Guy Debord principal miembro de la Internacional Situacionista acerca de lo que él llama "la sociedad del espectáculo". Es una realidad parcial debido a la especialización de las imágenes que constituyen el espectaculo que en la sociedad sirve como instrumento de unificación del espacio y del tiempo creando necesidades, que por supuesto no son auténticas ya que este mismo espectáculo las crea, en otras palabras hay que puntualizar que el espectáculo no lo constituyen las imágenes sino: “ la relación social entre personas mediatizada por imágenes”.*

La realidad surge del espectaculo y asi se desea lo que este modelo promete, resultando en la alienación, que consiste en ese deseo de tener, que se convierte en la motivación o pseudo-justificación para seguir reproduciendo el compartamiento que sostiene este sistema, al cual debord se refiere como “comportamiento hipnótico”.
"La alienación del espectador en beneficio del objeto contemplado (que es el resultado de su propia actividad inconsciente) se expresa así: cuanto más contempla menos vive; cuanto más acepta reconocerse en las imágenes dominantes de la necesidad menos comprende su propia existencia y su propio deseo."
“Engañoso paraiso” de la banalización “A medida que la necesidad es soñada socialmente el sueño se hace necesario. El espectáculo es la pesadilla de la sociedad moderna encadenada que no expresa finalmente más que su deseo de dormir. El espectáculo es el guardián de este sueño.”

El ser humano vive así para tratar de satisfacer esas proyecciones por medio del tiempo cíclico: "el día y la noche, el trabajo y el descanso semanales, el retorno de los períodos de vacaciones", en este sentido “el aumento del ocio, no es de ninguna manera liberación en el trabajo ni liberación de un mundo conformado por ese trabajo... El tiempo que se basa en la producción de mercancías es él mismo una mercancía consumible".

... Del automóvil a la televisión, todos los bienes seleccionados por el sistema espectacular son también las armas para el reforzamiento constante de las condiciones de aislamiento de las "muchedumbres solitarias".

El glamour de las mercancías seduce nuestras obsesiones y delirios. La publicidad ha encontrado la fórmula para explotar el deseo la relación entre estos fenómenos y el origen de la personalidad narcisista, a través de la relaciones sociales "que se tratan como pretextos para la expresión de la propia personalidad".1

La sociedad del espectáculo efectúa la organización del tiempo y el espacio social: la vivienda estandarizada, lugar privilegiado de consumo, y el automóvil como medio de transporte compatible con la separación entre el hogar y el sitio de trabajo.

Aún cuando ha sido escrito en el siglo pasado la apreciación que ofrece Debord sobre el mecanismo de la sociedad de consumo en la que se basa el sistema capitalista es vigente, con la única variante de que en este tiempo se desenvuelve a un ritmo mucho más rápido, la percepción es mucho más inmediata y la ilusión de obsolecencia de los objetos mucho más pronta, siendo asi ya casi imposible de notarlo llegando a la hiperrealidad de la que habla Jean Baudrillard. Lo real ha sido remplazada por un simulacro de la realidad pero esto a su vez se ha convertido en la realidad. El concepto de realidad entra en una crisis irreversible o lo que es lo mismo se produce el fenómeno de la entropía de la información: mientras más información posees, mayor grado de entropía, y así, una pieza de información tiende a cancelar a otra.

El análisis de Debord parte de la fragmentación de la experiencia cotidiana y de la pérdida de todo aspecto unitario de la sociedad puesto que el espectáculo se apodera de toda actividad social: desde las pasiones y deseos del ser humano, de la vida cotidiana y el urbanismo que para Debord es la realización moderna que salvaguarda el poder de clase,2 es la toma de posesión del medio ambiente natural y humano por el capitalismo y al ser su entorno inmediato pretende como miembro de la I.S la liberación de la vida que pasa naturalmente por la liberación de la ciudad.
 
Debord y los situacionistas hacen una crítica radical de los presupuestos y de los planteamientos propios de la urbanística de los años cincuenta y sesenta:
"El momento actual es ya el de la autodestrucción del medio urbano. La explosión de las ciudades sobre los campos cubiertos por "masas informes de residuos urbanos" (Lewis Mumford) es presidida de forma inmediata por los imperativos del consumo. La dictadura del automóvil, producto-piloto de la primera fase de la abundancia mercantil, se ha inscrito en el terreno con la dominación de la autopista, que disloca los antiguos centros e impone una dispersión cada vez más pujante. Al mismo tiempo los momentos de reorganización inconclusa del tejido urbano se polarizan pasajeramente alrededor de "las fábricas de distribución" que son los gigantescos hipermercados edificados sobre un terreno desnudo, con un parking por pedestal; y estos templos del consumo precipitado están ellos mismos en fuga en el movimiento centrífugo que los rechaza a medida que se convierten a su vez en centros secundarios sobrecargados, porque han acarreado una recomposición parcial de la aglomeración."
Desde la perspectiva situacionista la arquitectura moderna y el urbanismo son sinónimos de los poderes estatales y privados que quieren regularizar el tejido de las ciudades con pretextos de higiene y modernización, y que en realidad solamente operan como aparatos tecnocráticos que inscriben las marcas de control en el espacio físico concreto. Esta planificación es considerada entonces como la estrategia para reducir el espacio urbano a un espacio funcional, donde la eficaz circulación de las mercancías, permitida por la expansión del transporte en auto, reduzca la riqueza espacial y social de la ciudad a un puro diagrama de movimiento.2

Es por ello que los miembros de la I.S ponen en relieve la necesidad de imaginar una reinvención de las prácticas estéticas siempre en conjunto con una transformación social radical...

La resignificación del espacio (II)

…Los situacionistas oponen estrategias de resistencia como un medio de critica a través de diversas técnicas de experimentación, teorización y conceptualización para reconquistar el espacio urbano y de esta forma recolocar la experiencia del ser humano sobre el mismo.

Dentro de estas estrategias se encuentra la deriva como una actividad lúdica colectiva ligada a los efectos del concepto de psicogeografía,3 definición con la que los situacionistas se refieren al estudio de las leyes precisas y de los efectos exactos del medio geográfico, conscientemente organizado o no, en función de su influencia directa sobre el comportamiento afectivo de los individuos.5
"El cambio repentino de ambientes en una misma calle en el espacio de unos metros; la claradivisión de una ciudad en zonas de distintas atmósferas psíquicas... La variedad de posibles combinaciones de ambientes, análoga a la disolución de los cuerpos químicos puros en un infinito número de mezclas, genera sentimientos tan diferenciados y tan complejos como los que pueda suscitar cualquier otra forma de espectáculo.”5
A través de ambientes diversos que se viven a través de la deriva se pretende transformar aquel comportamiento en uno lúdico-constructivo (que la opone -a la derica- en todos los aspectos a las nociones clásicas de viaje y de paseo) es decir que carezca de motivos, en el sentido al que se refiere Guy Debord en “la sociedad del espectáculo” y de esta manera olvidarse de los desplazamientos que se realizan maquinalmente dentro de esquemas específicos y de rutina en las relaciones normales.

Así no solo se vive directamente una nueva forma de explorar el entorno sino las propias relaciones que se establecen con este y las demás personas, “dejándose llevar por el terreno y los encuentros que a él corresponden”4, incluso dejandonos llevar tambén por los obstáculos que ciertas zonas puedan oponer y demás variables en relación a la psicogeografía: “El terreno pasional objetivo en el que se mueve la deriva debe definirse al mismo tiempo de acuerdo con su propio determinismo y con sus relaciones con la morfología social”4 De esta manera es que interviene el azar, de una forma muy sutil, creando condiciones mas favorables.

Debord lleva a cabo la propuesta de un juego aunque muy bien planead en realidad. Sugiere horarios, el número de participantes; establece condiciones como la propuesta planeada, las bases de partida,  los lugares de renión, la especificación del campo espacial y su determinación a través de mapas de diferentes tipos, del tipo de los mapas influenciales de los que hablaba Breton, que constituyen el documento de una cartografía renovada:
“La elaboración de mapas psicogeográficos, incluso de diversos trucajes como la ecuación, poco fundada o completamente arbitraria, planteada entre dos representaciones topográficas, puede contribuir a clarificar ciertos desplazamientos de carácter no precisamente gratuito, pero sí absolutamente insumiso a las influencias habituales. Las influencias de este tipo están catalogadas en términos de turismo, droga popular tan repugnante como el deporte o la compra a crédito.”5
A pesar de esto, Debord concientemente señala que el sujeto o el grupo que deriva no esta excento de la posibilidad de volver a ser atraído alrededor de nuevos los ejes habituales, a los que todo les hace volver constantemente.

Esta planeación es lo que separa el proceder de los situacionistas de la experiencia surrealista en la que se le da un peso predominante al azar y lo cual le parecía irreflexivo a Debord: “el penoso fracaso de la deambulación surrealista se debió a la exagerada importancia que daban al inconsciente y al azar”3. Además de que esta vez el deambular se realiza en la ciudad y no en territorio campestre, es decir, le da un carácter principalmente urbano a la deriva como forma de tomar conciencia y reflexionar sobre la significación de los fragmentos que conforman a la ciudad. pues la experiencia desembocaría en el análisis conjunto de las impresiones los grupos que realizan la deriva lo que permitiría llegar a unas conclusiones objetivas,4 y que en el resultado más radical lograría la desaparición de antiguos comportamientos, enraizados en lo que en la sociedad del espectáculo Debord denominó “hipnóticos”.

El nuevo comportamiento desorientador obliga a la observación como un modo de apartarse de la vida burguesa y promueve un uso del tiempo diferente a ese, que “ofrece una osibilidad expresiva antiarte y lo asume como medio estético-político” 3


Fuentes (I) y (II):
* Guy debord, la sociedad del espectáculo, 1973

1. Baudrillard por Adolfo Vásquez Rocca Adolfo Vásquez Rocca Dr. en Filosofía y Teoría del Arte en http://revista.escaner.cl/node/860
2. http://www.mercadonegro.cl/sopinion/opinion_14_c.htm
3. Francesco Careri. Walkscapes. El andar como práctica estética.
4. Teoría de la deriva. Guy Debord (1958) Texto aparecido en el # 2 de Internationale Situationniste. Traducción extraída de Internacional situacionista, vol. I: La realización del arte, Madrid, Literatura Gris, 1999.
5.Introducción a una Crítica de la Geografía Urbana. Guy E. Debord. Publicado en el # 6 de Les lévres nues (septiembre 1955). Traducción de Lurdes Martínez aparecida en el fanzine Amano # 10.

28 oct 2009

La escultura en el campo expandido y la obra de Michael Heizer

El trabajo de Michael Heizer –así como el de otros artistas entre las décadas de los sesenta y setenta- se sale del espacio del museo, ya que la manera en que se ubican sus obras no están diseñadas para un espacio como aquel (aunque como se ha hecho en muchas ocasiones las obras en algún otro momento se reubiquen dentro de espacios museísticos para exhibirlos), puesto que requieren de un espacio mayor para lograr la intención de aquella generación de artistas de “reconquistar la experiencia del espacio vivido” (Walkscapes p.121). Esto puede ser ejemplificado con una obra sencilla (en comparación con otros de sus trabajos) llamada North, South, East, West de 1984 que consta de piezas de acero colocadas en los cuatro puntos cardinales: dos rectángulos para el norte, un cono para el sur, un cono invertido para este y un marco cuadrado para el oeste; o Eight part circle (1976-87) en la cual pone siete piezas en las que se combinan bordes rectos y redondos en diferentes posiciones, mismas que no son fijas, sobre una plataforma, la cual, es la octava pieza. Pero su obra va más allá de colocar piezas en un espacio abierto.

Estas obras son ejemplos entre tantos otros de los nuevos menhires: la vuelta al monolitismo y a la masa, materialidad artificial e industrial, la repetición de formas, eliminación del figurativismo así como la absorción del pedestal en sí mismas (Walkscapes p.138), resultando en “el monumento como abstracción…como puro señalizador o base, funcionalmente desplazado y en gran manera autorreferncial (Rosalind Krauss, La escultura en el campo expandido p.64)




Como artista de la llamada posmodernidad tiene la posibilidad de explorar diferentes categorías “superando las condiciones limitadas del modernismo”, como menciona Rosalind Krauss en su texto La escultura en el campo expandido, es decir el purismo y la especialización. Heizer modifica el paisaje no sólo colocándole piezas, sino incidiendo directamente en él. Él esculpe la orografía como en Double negative (1969), obra en la cual abre una enorme zanja de varios metros de ancho y profundidad, alcanzando una longitud de casi 500 metros y en la cual se “ocupa el espacio sin llenarlo” (walkscapes p. 122) y es una vez más espacio vivido.


De alguna forma su obra es paisaje porque al intervenir en él se vuelve parte del mismo aunque creando un espacio diferente, un paisaje artificial haciendo uso de los medios y las técnicas de la arquitectura (walkscapes p.142) acción que ha realizado el ser humano desde su arquitectura más primitiva para volver un espacio habitable. Es por ello que estas modificaciones en el paisaje, llevan a la reflexión sobre la situación arquitectónica, pues las urbes han transformado todo el espacio natural pero estas intervenciones de Heizer no son habitables, como la irónica City (1972) en la que reproduce un modelo de ciudad de tierra que se puede transitar pero que sin embargo no es habitable. Y en la que por tanto se centra en los “límites externos entre aquellos términos de exclusión: entre lo construido y lo no construido, lo cultural y lo natural”, en donde se encontraba suspendido conceptualmente la escultura (Rosalind Krauss, La escultura en el campo expandido p.67).





En este sentido es que se puede hablar de esculturas en un campo expandido, no sólo refiriéndose al espacio que la obra ocupa, sino de las posibilidades que explora y los diferentes medios que se pueden emplear, pues esta tensión entre escultura y arquitectura se ha manifestado en otros momentos de la historia del arte. A principios del siglo XX cuando la arquitectura funcional quería practicar la simplificación formal en contrapartida de los modelos clásicos de la academia que practicaba el eclecticismo con sus aluciones histporicas o el art nouveau las cuales revestían los edifios “esculturalmente” acabando con la apariencia de una gran escultura, o más actualmente los edicficios que parecen una escultura en sí mismos como los edificos Gugenheimm sólo por poner un ejemplo. Y por otro lado está la intención de la arquitectura por convivir con el entorno natural y formar parte de, como lo hizo Frank Loyd Wright, de todo lo cual nos habla la obra de Heizer en relación a las obras que el ser umano produce con el entorno a través de la transformación.
En estos términos “la escultura ya no es el termino medio privilegiado ente dos cosas en las que no consiste, sino que más bien escultura no es más que un término en la periferia de un campo en el que hay otras posibilidades estructuradas de una manera diferente”
(Rosalind Krauss, La escultura en el campo expandido p.68).




25 oct 2009

Los nuevos monumentos y la entropía de la ciudad (“Humpty Dumpty” *)

 
“Como Humpty Dumpty estaba sentado arriba de una muralla,
Humpty Dumpty cayó desde muy alto, y ni todos los caballos
del rey y ni todos sus hombres pudieron recomponerlo.”

Robert Smithson se interesa en el concepto de entropía sobre la idea de desgaste asociada al paso del tiempo, la inevitabilidad que esta ley promueve en cuanto al desorden y a la descomposición de las cosas, observando esta carácterística en las ciudades; sobre todo en los suburbios el efecto del fenómeno de la percepción del tiempo, como una observación de su época: “los suburbios, la expansión descontrolada de las ciudades y el número infinito de urbanizaciones del fin de la posguerra han contribuido a la arquitectura de la entropía” .

Su fijación por los paisajes industriales en ruinas está cerca del interés por los vacíos y los márgenes urbanos. Espacios olvidados, termómetros del desorden y a la vez depósitos de la memoria.1


               fotog. Ernesto Ramírez
En el contexto actual de la ciudad de México se puede observar el efecto de la entropía en cada parte, al observar el paisaje de una colonia a otra, siendo vecinas donde contrasta por ejemplo una formación residencial mejor planeada con una visión suburbana más desordenada o aún en la misma colonia donde se pueden encontrar construcciones o edificios pertenecientes a diferentes épocas como en la colonia Roma.

En relación a la idea anterior la sobrepoblación que vive actualmente la ciudad, alimentada en gran medida por la migración de la población del interior de la república ha ido formando sobre todo desde la década de 1940 zonas conurbadas lo cual ha resultado en un paisaje de cerros o a las periferias de la ciudad ocupados por construcciones de las cuales la mayoría queda en obra negra o es en estas zonas donde podemos encontrarnos con los cementerios de basura.

Es asi como se llega a una observación en relación a lo residual, al desecho con el que convivimos cada vez más estrechamente. “Son la impureza, la fealdad, la estridencia y la falta de armonía las que constituyen aquí el espacio de la experiencia estética”, comenta Juan Antonio molina del centro de la Imagen en relación a las fotografías sobreurbe mexicana de Ernesto Ramírez, de las cuales se incluyen algunas en este post.

Hoy día la cultura del desperdicio
orilla a los individuos a sustituir
más pronto los bienes y servicios
que están a su alrededor.
Ernesto Ramirez

Lo improvisado, lo inconcluso, lo que se convierte en desperdicio sin siquiera haber sido terminado nos hace pensar acerca de la inmediatez de la receptividad y el olvido. Reflejado en aquellas construcciones que como apunta Smithson “parecen haber surgido como ruinas antes de ser construidos, en vez de convertirse en ruinas después de haber sido construidas” y que a su vez en la visión smithsoniana se vuelven monumento como hitos de la cultura industrial.
En lugar de hacernos recordar el pasado como los monumentos antiguos, los nuevos monumentos parecen hacernos olvidar el futuro ya que no pensamos en un futuro hipotético sino que se nos revela un futuro inmediato.
  "Solemos olvidarnos del instante apenas sucede”
Los nuevos monumentos como apunta Rosalind Krauss sí son una señalización, pero en una condicón negativa, es decir, la señalización de una “falta de sitio o carencia de hogar, una pérdida absoluta de lugar” sin responder como en otros tiempos a una lógica de representación y aun menos, conmemorativos.



fotogs. Francisco Mata

En ese sentido la idea de entropía es la que permite a Smithson desarrollar el concepto de non-site Aquellos lugares de máxima indeterminación definidos como vacios monumentales, Lugares anónimos, donde seduce la observación de loa aparentemente banal.

“Para Smithson, la continuidad del espacio, con todas sus certezas y evidencias, ha dado paso a la dimensión discontinua del tiempo, esa región donde “la mente del viajero, se adentra y, descubriendo un progresivo estado de “cámara lenta”, percibe la grava y el polvo de la memoria, en las fronteras vacías de la consciencia.”1
fotog. Francisco Mata

"La abstracción gobierna en un vacío, fingiendo estar libre del tiempo"

De esta forma el artista de Passaic Nueva Jersey nos ofrece una visión del espacio construido-destruido-reconstruido- reinventado relacionado con el cambio, lo contingente, la historia y la memoria.

Fuentes


  • "Entropía y los nuevos monumentos" (1966) en Robert Smithson. Selección de escritos. Alias, 2009 pp.15-30


  • páginaenblanco-juan.blogspot.com


  • Entrevista a Robert Smithson. poligloditas.blogspot.com *


  • Krauss, Rosalind. La escultura en el campo expandido en Hal Foster et. al. La posmodernidad. Kairas, México, 1985



24 oct 2009

Propuesta de Deriva

Se hará un recorrido a través de la experiencia del “otro”, esto se lograra siguiendo a 6 personas que habitan un edificio de 10 condominios ubicado en la colonia Tacubaya a su destino laboral. A partir de este actuar maquinal de la gente en su desplazamiento, se propondrá un esquema donde se modifique la experiencia, lo cual enfatizará las condiciones (en algunos casos críticos) de la manera en que las personas viajan y recorren la ciudad diariamente.

Metodología

- Seguir al número de personas antes señaladas, desde la salida de su casa hasta sus lugares de trabajo, realizando exactamente la misma ruta que ellos hacen diariamente, así como también utilizando el mismo medio de transporte que ellos.

- Hacer un registro del recorrido a través de fotografías.

- Posteriormente se hará la propuesta de una lista de intervenciones situacionistas conforme los recorridos de cada persona, convirtiendo su trayecto en un “trayecto lúdico”.

- Finalmente se documentará la experiencia con las fotografías en un “álbum”, así como con los mapas de las rutas de cada persona.

Esto quedará en general como una propuesta para el gobierno de la Ciudad de México.


Personas participantes:

Recorrido 1. Alma Vásquez: de col. Tacubaya a la calle Vicente Eguía, col. San Miguel Chapultepec, oficinas privadas.

Recorrido 2. Nancy Gómez: de col. Tacubaya a Polanco, despacho corporativo.

Recorrido 3. Susana Otero: de col. Tacubaya a calle Georgia, col. Nápoles, consultorio dental.

Recorrido 4. Irma: de col. Tacubaya al Metro Villas de Cortés, asistente del metro.

Recorrido 5. Israel López: de col. Tacubaya al mercado de las misma colonia Tacubaya, mercado becerra. Puesto de abarrotes.

Recorrido 6: Alessandra Juárez: de col. Tacubaya a la calle de Monterrey, col. Roma. COFEPRIS.


Lista de propuestas de intervenciones situacionistas:

- Poner un servidor o acompañante a un lado de cada persona, esto para cualquier cosa que se les ofrezca o necesiten.

- Colocación de almohadas en el trasporte de microbús para aquellos que tengan la necesidad de dormir, así como regalar cobijas mientras suben las personas al trasporte.

- Colocación de un espejo en los vagones del metro para maquillaje de las mujeres.

- Colocarles un banco mientras llega el metro

- Darles víveres durante el trayecto

- Dar un masaje mientras espera en el tráfico

- Leerle a la persona o ponerle a escuchar música que le relaje o que le guste.

**Debido a la naturaleza de la práctica se imposibilitaron algunas acciones ya que los participantes cuentan con tiempos limitados para llegar a sus lugares de trabajo. Estas “rutinas” se ven afectados muchas veces por los diferentes problemas ya sean personales o lo que implican el vivir en la ciudad de México como retrasos del transporte público o el simple ritmo acelerado de las personas. También un gran obstaulo en las intervenciones radica en que los espacios con vinculos gubernamentales impiden tomar fotos o muchas veces realizar acciones en ellos.

älbumes:
http://www.youtube.com/watch?v=_JRArurLnfA
http://www.youtube.com/watch?v=d17itruqrYE
http://www.youtube.com/watch?v=72JyF_6QGj8
http://www.youtube.com/watch?v=Ck3ScdFlkj4
http://www.youtube.com/watch?v=xgtCAC-U-Q0


mapas:

recorrido 1


 recorrido 2



recorrido 3


recorrido 4




recorrido 5


recorrido 6