…Los situacionistas oponen estrategias de resistencia como un medio de critica a través de diversas técnicas de experimentación, teorización y conceptualización para reconquistar el espacio urbano y de esta forma recolocar la experiencia del ser humano sobre el mismo.
Dentro de estas estrategias se encuentra la deriva como una actividad lúdica colectiva ligada a los efectos del concepto de psicogeografía,3 definición con la que los situacionistas se refieren al estudio de las leyes precisas y de los efectos exactos del medio geográfico, conscientemente organizado o no, en función de su influencia directa sobre el comportamiento afectivo de los individuos.5
"El cambio repentino de ambientes en una misma calle en el espacio de unos metros; la claradivisión de una ciudad en zonas de distintas atmósferas psíquicas... La variedad de posibles combinaciones de ambientes, análoga a la disolución de los cuerpos químicos puros en un infinito número de mezclas, genera sentimientos tan diferenciados y tan complejos como los que pueda suscitar cualquier otra forma de espectáculo.”5
A través de ambientes diversos que se viven a través de la deriva se pretende transformar aquel comportamiento en uno lúdico-constructivo (que la opone -a la derica- en todos los aspectos a las nociones clásicas de viaje y de paseo) es decir que carezca de motivos, en el sentido al que se refiere Guy Debord en “la sociedad del espectáculo” y de esta manera olvidarse de los desplazamientos que se realizan maquinalmente dentro de esquemas específicos y de rutina en las relaciones normales.
Así no solo se vive directamente una nueva forma de explorar el entorno sino las propias relaciones que se establecen con este y las demás personas, “dejándose llevar por el terreno y los encuentros que a él corresponden”4, incluso dejandonos llevar tambén por los obstáculos que ciertas zonas puedan oponer y demás variables en relación a la psicogeografía: “El terreno pasional objetivo en el que se mueve la deriva debe definirse al mismo tiempo de acuerdo con su propio determinismo y con sus relaciones con la morfología social”4 De esta manera es que interviene el azar, de una forma muy sutil, creando condiciones mas favorables.
Debord lleva a cabo la propuesta de un juego aunque muy bien planead en realidad. Sugiere horarios, el número de participantes; establece condiciones como la propuesta planeada, las bases de partida, los lugares de renión, la especificación del campo espacial y su determinación a través de mapas de diferentes tipos, del tipo de los mapas influenciales de los que hablaba Breton, que constituyen el documento de una cartografía renovada:
“La elaboración de mapas psicogeográficos, incluso de diversos trucajes como la ecuación, poco fundada o completamente arbitraria, planteada entre dos representaciones topográficas, puede contribuir a clarificar ciertos desplazamientos de carácter no precisamente gratuito, pero sí absolutamente insumiso a las influencias habituales. Las influencias de este tipo están catalogadas en términos de turismo, droga popular tan repugnante como el deporte o la compra a crédito.”5
A pesar de esto, Debord concientemente señala que el sujeto o el grupo que deriva no esta excento de la posibilidad de volver a ser atraído alrededor de nuevos los ejes habituales, a los que todo les hace volver constantemente.
Esta planeación es lo que separa el proceder de los situacionistas de la experiencia surrealista en la que se le da un peso predominante al azar y lo cual le parecía irreflexivo a Debord: “el penoso fracaso de la deambulación surrealista se debió a la exagerada importancia que daban al inconsciente y al azar”3. Además de que esta vez el deambular se realiza en la ciudad y no en territorio campestre, es decir, le da un carácter principalmente urbano a la deriva como forma de tomar conciencia y reflexionar sobre la significación de los fragmentos que conforman a la ciudad. pues la experiencia desembocaría en el análisis conjunto de las impresiones los grupos que realizan la deriva lo que permitiría llegar a unas conclusiones objetivas,4 y que en el resultado más radical lograría la desaparición de antiguos comportamientos, enraizados en lo que en la sociedad del espectáculo Debord denominó “hipnóticos”.
El nuevo comportamiento desorientador obliga a la observación como un modo de apartarse de la vida burguesa y promueve un uso del tiempo diferente a ese, que “ofrece una osibilidad expresiva antiarte y lo asume como medio estético-político” 3
Fuentes (I) y (II):
* Guy debord, la sociedad del espectáculo, 1973
1. Baudrillard por Adolfo Vásquez Rocca Adolfo Vásquez Rocca Dr. en Filosofía y Teoría del Arte en http://revista.escaner.cl/node/860
2. http://www.mercadonegro.cl/sopinion/opinion_14_c.htm
3. Francesco Careri. Walkscapes. El andar como práctica estética.
4. Teoría de la deriva. Guy Debord (1958) Texto aparecido en el # 2 de Internationale Situationniste. Traducción extraída de Internacional situacionista, vol. I: La realización del arte, Madrid, Literatura Gris, 1999.
5.Introducción a una Crítica de la Geografía Urbana. Guy E. Debord. Publicado en el # 6 de Les lévres nues (septiembre 1955). Traducción de Lurdes Martínez aparecida en el fanzine Amano # 10.
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